viernes, 4 de abril de 2014

PEONZAS: CUÁNTO JUEGO PUEDEN DARNOS


¿Quién no ha tenido alguna vez una peonza? Aunque poco tienen que ver las peonzas actuales con las de nuestra infancia, son uno de esos juguetes que nunca pasan de moda, (junto con los power rangers articulados, seguro que existían ya en la época de los dinosaurios...). 

De pequeña, me alucinaba ver cómo los chicos (y alguna chica) de mi cole lanzaban la peonza con su cuerdecita atada a una moneda de veinte duros (¡puf! ¡lo que ha llovido desde entonces!) y la hacían bailar. Llegué a pedirle a mi padre que me comprara una y algún que otro domingo nos frustramos intentando enseñarme con escaso éxito. Al final le saqué más partido divirtiéndome de forma creativa decorándola con unos rotuladores de colores en mi casa. Si es que lo mio era más las artes plásticas...

Por fortuna para mí y para todo el que tenga mis dotes de lanzadora de peonza, la tecnología se ha apiadado de nosotros y las peonzas de hoy en día son a prueba de torpes. Pulsas un botoncito y ¡ale hop! Y además te puede venir de perlas a la hora de trabajar con tus chicos.

¿Para qué te puede servir una peonza?
  • Para conseguir la motivación por la tarea. Es un juguete muy atractivo para la mayoría de los niños. (Yo aún no he encontrado ninguno al que no le gusten). Movimiento, luces y sonido son las tres claves del éxito para los peques, y si tu peonza tiene todo eso, te puedes meter en el bote al nene más exigente.
  • Te permite fomentar el juego interactivo con objetos, donde es necesaria la presencia y ayuda de otra persona para que el juego pueda producirse. 
  • Trabajas la comunicación fomentando la entrega de objeto como petición. Si la haces girar, y cuando se para te quedas quieto sin hacer nada, estás dándole la oportunidad de tomar la iniciativa y reclamarte que siga el juego. Para niños que no tengan lenguaje oral, puede ser cogiéndote de la mano o entregándote la peonza. Si opta por quejarse o llorar, puedes ayudarle extendiendo tu mano o incluso moldeándole los movimientos para que te entregue la peonza. Así puedes proporcionarle una herramienta básica para pedir buscando a otra persona para conseguir lo que quiere.
  •  Trabajas la comunicación fomentando el lenguaje oral como petición. Puede que lo que busques es que utilice palabras como petición. Cuando la peonza deja de girar, te quedas quieto esperando la iniciativa del niño. Al principio le puedes dar el modelo correcto que quieres que aprenda para esas situaciones, como "más" o "quiero más" si pretendes una forma más genérica que también sirva en situaciones similares, o "peonza" o "quiero peonza" si buscas peticiones más específicas. 
  • Puedes buscar la petición de "ayuda". Puede ser que estés buscando enseñarle una herramienta tan importante como es pedir ayuda. Una de las opciones es darle juguetes que por sí solo no sea capaz de accionar. Y salvo que el chico pille el mecanismo y tenga la fuerza necesaria (que normalmente no es asi), ahí tienes a la peonza.
  • Si te interesa ampliar la estructura de sus peticiones, también puedes usar una peonza súper motivante para que le merezca la pena hacer el esfuerzo. "Quiero peonza", "ayúdame con la peonza", "Marina, quiero la peonza"... De ti depende lo que estés buscando trabajar.
  • Puedes trabajar la elección. Por ejemplo, le puedes mostrar una peonza super mega total con luces, sonido y muñequitos, y a su lado una simple peonza marrón de madera. Le puedes dar a elegir entre las dos, de manera que él aprenda a tomar decisiones, e incluso podemos trabajar peticiones con estructuras más complejas, como hacer que te pida "quiero peonza verde" (en oposición a la marrón aburrida).
La peonza más molona. 

Lo bueno de ahora es que podemos encontrar peonzas de mil y un tipos. No como en nuestros tiempos, que como mucho podías tunear con rotuladores la peonza de madera...



Peonzas "hazlo tú mismo"
Quien no tiene una peonza es porque no quiere. Un palillo, un tapón, unas tiras de papel, y listo. No sé si conseguirás volver loco a algún niño con esto, pero oye, para un apaño...



Peonzas de madera
Siguen siendo peonzas de madera, aunque con una estética mucho más currada. Además las hay como las de la foto, que con un giro de muñeca ya se ponen a girar. Son más livianas por lo que no corres el peligro de romper un baldosín al lanzarlas. Pero aunque personalmente me parece monísimas, este tipo no es el más molón para  ganarte a los chicos más exigentes.



Peonzas con un toque original
Peonzas con bracitos que se mueven. Peonzas que al hacerlas girar, van haciendo dibujos en un folio... Van haciéndose más interesante aún, aunque si son muy pequeños quizás no lleguen a apreciarlo.




Peonzas de personajes infantiles
No hay nada como tirar del personaje favorito del niño para conseguir toda su atención. Aunque a tí te parezca horrible una cabeza girante de Pocoyo, seguramente tu peque no opine lo mismo.



Peonzas con luces y sonido
Cuanto más psicodélica y estridente, mejor. Luces, sonidos y colores es el combo perfecto para la peonza más molona. Yo tengo una que con poca luz parece un ovni y tiene una musiquita tecno-dance y no hay peque que se le resista.






¿A que las peonza molan?

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